¿Quién es el pollo de engorde?
Los pollos de engorde, de carne o broiler son el resultado de un cruce entre el gallo de Sonnerat gris y rojo y los de genéticas Rock. Al igual que las gallinas ponedoras, los pollos de engorde, en condiciones naturales, pasan el día picoteando en el forraje y escarbando en el suelo en busca de insectos y semillas, acicalándose, y cuidando el plumaje por medio de baños de arena. Por las noches, se suben a los árboles para evitar depredadores.
Debido al incremento en la demanda de carne de ave barata por parte del consumidor, que a menudo considera que es una opción más sostenible y saludable, la industria del pollo de engorde ha crecido mucho en los últimos 50 años. Hoy, una persona en el Reino Unido come una media de 25 kg al año, lo que equivale a más de 2 kg al mes.
Los pollos de engorde tienen una esperanza de vida de entre siete y ocho años, pero en la producción comercial son sacrificados cuando tienen 35 días, por lo que nunca llegan a alcanzar la madurez.
Producción comercial
En el mundo, más del 70 % de los pollos de engorde (broilers) son criados en sistemas de cría industriales, la gran mayoría en América del Norte, Europa, América del Sur, y cada vez más en países en desarrollo como China, Brasil e Indonesia.
Los pollos de engorde criados en granjas intensivas estándar viven en grandes naves con altas densidades de animales, entornos estériles excepto por el agua y los puntos de alimentación, y sin luz natural. Son criados para que tengan un crecimiento muy rápido, una alta producción de carne, y eficiencia alimentaria. Sus índices de crecimiento rápido afectan la capacidad de caminar y pueden causar cojera y problemas de corazón serios.
Los antibióticos se sobreutilizan de forma rutinaria en los sistemas de granja intensivos para ayudar a los pollos a sobrevivir en condiciones pobres en las que la enfermedad se puede propagar de forma fácil. Las autoridades principales, como la Agencia Europea de Medicamentos y la OMS, afirman que el abuso de antibióticos en las granjas provoca que las personas tengan un mayor nivel de resistencia a los antibióticos en determinadas infecciones.
La calidad y el contenido nutricional de la carne de pollo producida en granjas intensivas es, en general, peor que la de los pollos que viven con mayor bienestar. Además, el producto puede verse afectado por la aparición de estrías blancas (los depósitos de grasa se van almacenando en el músculo de la pechuga cuando el pollo crece) o pechuga de madera (endurecimiento del tejido del músculo que tiene lugar cuando las células mueren por falta de oxígeno al crecer el músculo rápidamente). Se sabe que estos dos problemas causan dolor y restringen los movimientos de las razas de crecimiento rápido y que, además, son desagradables para los consumidores.
Continúa leyendo para saber más sobre cómo hacer que los pollos de engorde tengan una mayor calidad de vida.